Me siento sumamente afortunado porque hemos sido visitados nada más y nada menos por la mismísima dama del Negro (no confundir con la dama de negro), me refiero a la señora Michelle Obama, que vino de visita a nuestro país a... este... mmmmm... a qué vino???
Ah, sí!!! Vino a comer a un restaurante en Polanco, a dar una magna conferencia donde demostró ser tan elocuente y a regalar una luz de esperanza en los jóvenes (de la Ibero, claro) diciendo que lo único que necesitamos para salir adelante es "luchar por los sueños". Carajo, cuánta sabiduría de esta mulata mujer, al mismo nivel de sabiduría que el morenazo de su marido, quien es premio Nobel de la paz mientras manda tropas a Iraq y Afganistan, pero ésto es digno de una publicación aparte.
Los medios de comunicación le dieron una enorme cobertura, el Estado Mayor Presidencial le dio trato de jefe de Estado, se cerró parcialmente la vialidad en Paseo de la Reforma, se cerraron calles aledañas al restaurante donde fue a comer en Polanco y, para ponerle la cereza del pastel a este circo, hicieron que más de 50 niños de escasos, muy escasos, recursos le fueran a cantar como despedida en el aeropuerto.
Aquí es donde yo me pongo a pensar, cómo es posible que se haga tanto circo en una visita que de nada sirvió ni ayudó al país, cómo se le da tanta importancia a palabras que cualquier persona con dos dedos de frente podría expresar, cómo seguimos esperando que las respuestas nos lleguen del exterior y mientras dejamos de ver hacia adentro.
Esta visita de la dama del Negro sin lugar a dudas ha sido muy provechosa para nuestro país, o no???
P.D. Esta publicación no es de corte racista, lo aclaro antes de que me lluevan los jitomatazos...
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